La desgarradora visión de María ante la muerte de Jesús en la cruz
Novena número 2 - Séptimo día: María ve a Jesús morir en la cruzIniciamos por la señal de la Santa Cruz. De nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración introductoria para todos los días: Dios nuestro, que quisiste que la madre de tu hijo estuviera a su lado junto a la cruz participando en sus sufrimientos, concede a tu iglesia que asociada con María a la pasión de Cristo merezca también participar en su gloriosa resurrección. Virgen Santísima de los Dolores, míranos cargando nuestra cruz de cada día, compadécete de nuestros dolores, como nosotros nos compadecemos de los tuyos, y acompáñanos como acompañaste a tu hijo Jesucristo, nuestro Señor, en el camino doloroso del Calvario. Eres nuestra madre y te necesitamos, ayúdanos a sufrir con amor y esperanza, con paciencia y aceptación, para que nuestro dolor asociado al tuyo y al de tu hijo tenga valor redentor y en las manos de Dios nuestro Padre se transforme en gracia para la salvación del mundo.
Lectura correspondiente a cada día: [Texto de la lectura]
Meditación: Se medita brevemente el texto evangélico, tratando de descubrir los sentimientos de la Virgen de los Dolores y de llenarse de compasión.
Se presentan al Señor, en profundo silencio, los propios sufrimientos y los del mundo entero, pidiendo la gracia de que ellos no nos aparten de Él.
Oración conclusiva: Junto a la cruz de su hijo, la madre llorando se ve. El dolor la ha crucificado, el amor la tiene en pie. Quédate de pie, de pie junto a Jesús que tu hijo sigue en la cruz.
Cruz del lecho de los enfermos, de los niños sin un hogar. Cruz del extranjero que su patria, del que sufre en soledad. Cruz de la injusticia y miseria, de los marginados de hoy. Cruz de tantas falsas promesas y a la espera de acción.
Cruz de los que sin esperanzas sufren sin saber para qué. Cruz de los enfermos del alma, de los que perdieron la fe. Ruega por nosotros, Virgen de los Dolores, para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de nuestro Señor Jesucristo.
Haré... [Completa el texto]
Consuelo y fortaleza en Dios
Do consuelo: Dios de infinita misericordia y bondad, te pedimos que nos des consuelo en nuestros sufrimientos y dolores. Fortalece nuestra fe, enciende nuestra caridad y fortalece nuestra esperanza. Permítenos ser signos del gran amor que tienes para con todos.
Plegarias a la Virgen María
Modelo y guía: Agradecemos a Dios por habernos dado a María como madre y modelo cristiano. Pedimos que nos ayude a perseverar en nuestra fe y a seguir el ejemplo de su vida llena de amor y entrega. Que su intercesión nos acompañe siempre y nos proteja de todo mal.
Las siete gracias de la Santísima Virgen María
Paz en nuestras familias: María ha prometido conceder siete gracias a aquellos que honren sus lágrimas y dolores rezando siete avemarías diariamente. Entre esas gracias, se encuentra la promesa de poner paz en nuestras familias.
Iluminación en los divinos misterios: María también promete conceder a quienes la honren la gracia de ser iluminados en los divinos misterios. A través de su intercesión, podremos comprender y vivir más plenamente los misterios de nuestra fe.
Consuelo en nuestras penas y trabajo: María nos acompaña en nuestras penas y dificultades, brindándonos consuelo y fortaleza. Ella nos ayuda a llevar nuestras cargas y a encontrar sentido en medio de nuestras pruebas.
Petición de deseos en conformidad con la voluntad de Dios: Siempre que pidamos algo a María, ella promete concedérnoslo siempre y cuando esté de acuerdo con la voluntad de su divino Hijo y contribuya a la santificación de nuestras almas.
Protección en los combates espirituales: María se compromete a defendernos en los combates espirituales contra el enemigo infernal. Ella nos protege en todos los momentos de nuestra vida y nos ayuda a resistir las tentaciones y ataques del maligno.
Asistencia en el momento de la muerte: María promete estar presente y ofrecer su asistencia visible en el momento de nuestra muerte. En ese momento, ella intercede por nosotros ante su divino Hijo y nos guía hacia la vida eterna.
Visión del rostro de la Madre: Aquellos que honren a María verán el rostro de su madre en el momento de su muerte. Este es un consuelo y una esperanza para todos los que confían en su intercesión y acuden a ella con fe y devoción.
En nuestro blog religioso cristiano, te ofrecemos una variedad de rezos, oraciones y plegarias para fortalecer tu conexión con Dios y encontrar consuelo en momentos difíciles.
La importancia de la devoción
La devoción a la Virgen María es un elemento fundamental de nuestra fe. A través de la oración y el rezo de plegarias, honramos a nuestra madre celestial y buscamos su intercesión ante Dios.
Te invitamos a rezar esta hermosa oración: "Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén". Esta plegaria nos conecta directamente con la presencia y la gracia de Dios en nuestras vidas.
La promesa de consuelo y alegría
En el amor incondicional de María y su hijo Jesús encontramos consuelo y alegría. En momentos de dificultad, podemos acudir a ellos y confiar en su intercesión.
La Virgen María ha prometido que las almas que propaguen su devoción serán trasladadas directamente a la felicidad eterna, borrándose todos sus pecados. Esta promesa nos brinda la esperanza de la salvación y nos anima a difundir su amor y dedicación.
Un llamado a la acción
Te invitamos a unirte a nuestra comunidad y difundir esta hermosa devoción. Comparte este artículo con tus amigos y familiares, para que también puedan experimentar la paz y el amor de Dios a través de la oración a la Virgen María.
Recordemos siempre que la oración nos acerca a Dios y nos fortalece en nuestra fe. Que la Virgen María interceda por todos nosotros y nos guíe hacia la vida eterna.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Dios los bendiga.