La devoción Carmelita al Rosario de los 100 Réquiem por las almas del Purgatorio
En este artículo aprenderemos cómo rezar el rosario de los 100 rey, una devoción carmelita muy especial para rogar por las almas del purgatorio.

Preparación
Antes de comenzar, asegúrate de tener un rosario a mano. Puedes usar un rosario común para esta oración.
El rezo del rosario
Para iniciar, realiza la señal de la santa cruz diciendo: "En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén".
En espíritu Santo llena a los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego eterno de tu amor.
A continuación, recita la oración al Espíritu Santo: "Envía, Señor, tu Espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra." Oremos: Oh Dios, que instruyes los corazones de tus fieles con la luz de tu Espíritu Santo, concédenos que, animados y guiados por este mismo Espíritu, aprendamos a vivir rectamente y gocemos siempre de la dulzura de sus divinos consuelos. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Plegaria por las almas del purgatorio
Ánimas santas, ánimas que estáis purgando, rogad a Dios por mí, que yo rogaré por vosotras, a fin de que cuanto antes se os conceda la gloria del paraíso celestial.
Padre Nuestro
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.
Ave María
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Dadle, Señor, el eterno descanso y hacer lucir sobre ellas vuestra luz eterna.
Finalización
Continúa rezando el Padre Nuestro y el Ave María, como se indica anteriormente, pero esta vez, hazlo pensando en las almas del purgatorio.
Termina el rosario con la oración final: "Dadle, Señor, el eterno descanso y hacer lucir sobre ellas vuestra luz eterna."
Oración a Santa María
Llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y en dito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Plegaria por los difuntos
¡Dadle, Señor, el eterno descanso y haz lucir sobre ellos/vuestra luz eterna!
Dadle, Señor, el eterno descanso y haz lucir sobre ellos/vuestra luz eterna.
Dadle, Señor, el eterno descanso y haz lucir sobre ellos/vuestra luz eterna.
Dadle, Señor, el eterno descanso y haz lucir sobre ellos/vuestra luz eterna.
Padre Nuestro
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.
Gloria a la Santísima Trinidad
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Perdón y protección
Perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.
Oración a la Virgen María
Dios te salve María, llena eres de gracia. El Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria y descanso eterno
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
Dadle, Señor, el eterno descanso y haz lucir sobre ellas tu luz eterna.
El Padre Nuestro
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.
Padre Nuestro
Pedimos al Señor que nos dé nuestro pan de cada día y que nos perdone nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden. También le rogamos que no nos deje caer en tentación y nos libre del mal. Amén.
Ave María
Saludamos a María, llena de gracia, y le pedimos que ruegue por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Gloria al Padre
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Oración por los Difuntos
Rogamos al Señor que les dé el eterno descanso y que haga lucir sobre ellos su luz eterna. Que encuentren la paz eterna en la presencia de Dios.
El poder de la oración
El Padre Nuestro y el Ave María son dos de las oraciones más importantes en el cristianismo. A través de estas palabras, nos conectamos con Dios y buscamos su guía y protección en nuestras vidas.
Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.
El Padre Nuestro es una oración de alabanza y súplica. En ella, reconocemos a Dios como nuestro Padre celestial y le pedimos que su reino se haga presente en nuestras vidas. También reconocemos nuestra necesidad diaria de sustento y pedimos perdón por nuestros pecados, comprometiéndonos a perdonar a los demás. Pedimos además que Dios nos proteja del mal y nos libre de la tentación.
Dios te salve, María, llena eres de gracia. El Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
El Ave María es una oración dirigida a la Virgen María. En ella, reconocemos su gracia y su papel especial como madre de Jesús. Le pedimos que interceda por nosotros y nos acompañe en nuestra jornada espiritual. Rezamos para obtener su ayuda en el presente y en el momento de nuestra partida de este mundo.
La importancia de la oración
La oración es fundamental en la vida del cristiano. A través de la comunicación con Dios, fortalecemos nuestra fe y establecemos una relación íntima con Él. La oración nos ayuda a encontrar consuelo en tiempos difíciles, a superar nuestras debilidades y a recibir la guía divina.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
La Gloria al Padre es una doxología que expresa adoración y alabanza a la Santísima Trinidad. Reconocemos la grandeza de Dios y su presencia en nuestras vidas. Al pronunciar estas palabras, unimos nuestra voz a la de todo el pueblo de Dios a lo largo de la historia.
Descanso eterno y luz divina
Dadle, Señor, el eterno descanso y hacer lucir sobre ellas vuestra luz eterna.
En nuestras oraciones, también recordamos a aquellos que han fallecido. Pedimos a Dios que les otorgue el descanso eterno y que su luz brille sobre ellos. Confiamos en que Dios escucha nuestras peticiones y atiende a nuestras necesidades.
La oración es una herramienta poderosa en nuestra vida espiritual. Nos permite conectarnos con Dios, expresar nuestras emociones y necesidades, y encontrar consuelo y esperanza en su amor y misericordia. A través de la oración, podemos fortalecer nuestra fe y experimentar la presencia divina en nuestras vidas.
Dadle señor el eterno descanso y hacer lucir sobre ellas vuestra luz eterna
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Desde los abismos vivos exclamando a vos, oh Señor
Desde los abismos vivos exclamando a vos, oh Señor, oír pues, Señor, mi voz. Atender, Señor, al clamor de mis súplicas. Pues si examina es mucho mis culpas, ¿quién no se guardara buen suceso? Porque en solo vos se halla la piedad y la misericordia, y por causa de vuestra ley he esperado en vos, oh Señor. Mi alma está muy segura en sus palabras y ha esperado en el Señor desde la centinela de la madrugada hasta la noche. Espere Israel en el Señor, porque en solo Dios se halla la misericordia y la copiosa redención de los pecados. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Requiem aeternam
Requiem aeternam dale, Señor, el descanso eterno. Ilumínales la luz eterna de las puertas del infierno. Libra, Señor, sus almas, descansen en paz. Amén.
El poder de la Oración en la vida cristiana
Del mal, Amén. Darles, Señor, el eterno descanso y hacer lucir sobre ellas vuestra luz eterna. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, Amén.
Indulgencias y su importancia en la vida del cristiano
*Hay indulgencias* para el "De Profundis" seguido del "Requiem Aeternam". Papa Clemente 12, el 14 de agosto de 1736, concedió 100 días de indulgencia a quienes lo reciten arrodillados y con devoción.
*El "De Profundis"* seguido del "Requiem Aeternam" también concede indulgencia plenaria a aquellos que la recen por un año. El día para realizar estas oraciones es de elección personal, siempre y cuando se esté confesado y se haya comulgado.
*Colabora con oraciones* para todos aquellos que necesitan de nuestro apoyo espiritual. Recuerda suscribirte a nuestro canal y comparte este mensaje con los demás. Que Dios los bendiga.