Oraciones de reparación a Jesucristo agonizante: un consuelo para momentos difíciles
Oración inicialSeñor Jesucristo, a través de la historia, tú nos conduces de regreso al Padre Todopoderoso. Te damos gracias y apreciamos tu amor. Recordamos con dolor en el corazón nuestra debilidad, nuestros pecados y todo tu sufrimiento. En esta noble tarea de cómo aminorar tu sufrimiento, ayúdanos a hacerlo. Te lo pedimos, haremos lo que sea necesario si tú así lo quieres. Muestra nuestro amor si esa es tu voluntad. Hacemos esta oración en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina con el Padre en unidad del Espíritu Santo, un solo Dios por los siglos de los siglos. Amén.
Oración de reparación
Padre Eterno, te ofrezco todas las heridas de tu amadísimo Hijo Jesucristo, los dolores y agonías de su sacratísimo corazón y su preciosísima sangre que brotó de todas sus heridas, en reparación por mis pecados y los pecados del mundo entero. Amén.
Padre Eterno, te ofrezco toda la seriedad de tu amadísimo Hijo Jesucristo, los dolores y agonías de su sacratísimo corazón y su preciosísima sangre que brotó de todas sus heridas, en reparación por mis pecados y los pecados del mundo entero. Amén.
Credo
Creo en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
Primer llamado angustioso
"¿Dónde estás, hijo mío?", tu Señor te busca. Ven a mí, ven acércate más y escucha mi angustioso llamado, hijo mío.
Había una vez un hombre que tenía muchas ovejas. Las cuidaba y pastoreaba bien. Cuando tenían sed, las conducía a un manantial de agua fresca para que pudieran satisfacer su sed. No permitía que pasaran hambre, las llevaban a verdes praderas. Ellas comían y engordaban, y se fortalecían. El hombre fortificó la tierra donde pastaban para que ningún lobo entrara y dañara al rebaño. Un día, las ovejas planearon una rebelión y, a la fuerza, escaparon del campo y se adentraron en el bosque. Allí fueron capturadas por animales salvajes. Eran como esclavas sin...
El rebaño y el hijo del hombre
Hubo un tiempo en el que el hombre se olvidó de su rebaño y sacrificó a sus dioses. A pesar de esto, el hijo del hombre vino y ganó la batalla por ellos. Condujo al rebaño a través del desierto, enfrentando dificultades.
El hijo del hombre perseveró y el rebaño se quejó y lo mataron. Pero aún así, el padre del hijo del hombre sigue llamando a su pueblo para que regrese a él.
Oración al Padre
En este momento de silencio, te pedimos perdón por aquellos que no creen y no te adoran. Nadie nos crucificó como lo hicieron contigo, querido Jesús. Te consolamos y te pedimos perdón.
Acto de contrición
Oh mi Dios, nos arrepentimos de corazón y prometemos no pecar nuevamente. Con tu gracia, venceremos la tentación.
Padrenuestro, Ave María y Gloria
Recemos el Padrenuestro, el Ave María y el Gloria en tres ocasiones para pedir perdón y dar gracias:
- Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre...
- Dios te salve, María, llena eres de gracia...
- Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre...
El poder de la oración en nuestra vida espiritual
Cada día, debemos perdonar las ofensas de los demás, así como esperamos ser perdonados por nuestros propios errores. No debemos caer en la tentación y rogamos a Dios que nos libre del mal. Amén.
Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
La gloria sea al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
El poder del Padre Nuestro
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.
Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
La gloria sea al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Oración a la Santísima Trinidad
Oh Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Te ofrezco la palabra hecha carne, Jesucristo, y sus sufrimientos en reparación por nuestros pecados y los del mundo entero. Amén.
Oración agonizante a Jesús
Jesús agonizante, me ofrezco a ti y comparto tu agonía. Deseo apresurar tu glorioso reino de paz. Amén.
Llamado angustioso de Jesús
Hijo mío, acércate a mí y escucha mi angustioso llamado. Por amor a ti, ofrezco mi cuerpo como sacrificio vivo y mi sangre preciosa como bebida para todos los hombres. Permíteme esperar pacientemente por ti en el sagrario, donde estoy prisionero por ti. No me olvides, hijo mío. Amén.
Acerca de la sagrada comunión
Hijo mío, acércate con respeto y reverencia. Sabes tú lo que sufro cuando entro en el santuario de tu corazón. A través de la sagrada comunión, tus pecados me amarran y me flagelan sin misericordia. En tu corazón no hay nadie que me consuele. Luego de haberme flagelado insensiblemente, me arrastras fuera y cierras con llave la puerta de tu corazón con iniquidad. Esto es lo que me haces con tu vida de pecado.
Yo soy el pan de vida para todos los hombres que me reciben en estado de santidad. Vengo a darles vida o muerte. Limpia las iniquidades de tu corazón, ábreme la puerta de tu corazón. Haz de tu corazón un tabernáculo de consuelo para mi hijo. Que yo viva en tu santuario de una comunión a la otra, acoge mí, hazme sentir bienvenido, hijo mío. Todos los que me acogen, acogen a mi padre y al espíritu santo que viven en mí. Todos los que me rechazan, rechazan a la santísima trinidad.
Hijo, aún cuando otros me rechacen, haz de tu corazón un tabernáculo de consuelo para mí.
Yo soy Jesucristo, llamándote al agonizante para que regreses. Hacemos 20 segundos de silencio, continuamos oración. Dios mío, Dios mío, yo creo firmemente con todo mi corazón, espero y confío sinceramente en ti. Solamente a ti adoraré por siempre. Con verdadero arrepentimiento y amor, me postro a tus pies. Te pido perdón por aquellos que no creen y no quieren creer, por aquellos que no te adoran y no quieren adorarte, y por aquellos que te crucificaron y te están crucificando diariamente. Querido Jesús, yo te consolaré durante toda mi vida. Amén.
Acto de Contrición
Oh mi Dios, yo me arrepiento de todo corazón por haber pecado contra ti. Por ser tú tan bueno, con la ayuda de tu gracia, no pecaré nuevamente. Amén.
Oraciones finales
A continuación oramos un Padrenuestro, un Ave María y un Gloria tres veces:
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
En este blog religioso cristiano, encontrarás una serie de rezos, oraciones y plegarias que te ayudarán a fortalecer tu fe y conexión con Dios. Estas palabras sagradas son poderosas herramientas para comunicarnos con nuestro Creador, buscando su guía y protección en nuestra vida diaria.
El poder de la oración
La oración es una forma de comunicación íntima con Dios. A través de ella, podemos expresar nuestras alegrías, preocupaciones, agradecimientos y peticiones. Es un momento para abrir nuestro corazón y depositar nuestras cargas en manos divinas, confiando en su infinito amor y misericordia.
El Padre Nuestro
Una de las oraciones más conocidas y poderosas en el cristianismo es el Padre Nuestro. En ella, Jesús nos enseñó cómo dirigirnos a Dios como nuestro Padre amoroso, pidiendo su voluntad, perdón y protección.
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, y perdona nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.La Santísima Trinidad
La Santísima Trinidad es un misterio central en la fe cristiana. En esta oración, nos dirigimos a la Trinidad -Padre, Hijo y Espíritu Santo- para ofrecer nuestras penitencias y reparaciones por nuestros pecados y los del mundo entero.
Oh Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te ofrezco la palabra hecha carne, Jesucristo, su cuerpo herido y sangrante, su agonía en el huerto, su flagelación, su coronación de espinas, su condena, su crucifixión y muerte, en unión con todos los sufrimientos de tu santa Iglesia y la sangre de los mártires. Que estas ofrendas reparen nuestros pecados y los del mundo entero. Amén.El llamado angustioso
En este llamado angustioso, se nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con Dios y cómo nuestro comportamiento y acciones afectan a las almas que nos rodean.
Hijo mío, yo estoy en tu corazón, esperando que vengas. Muchas almas van al infierno a causa de los pecados de la carne. Consuela a mi hijo, ten misericordia de mí.La importancia de una vida modesta
Nunca un hombre debe mitad a una mujer, ni una mujer debe imitar a un hombre. Como padre, te insto a alejarte de las modas mundanas, ya que ese es el plan del enemigo para destruir el templo del Espíritu Santo que es tu cuerpo. Vive una vida modesta, mi amado hijo, porque te amo y deseo que muestres tu amor por mí. Te suplico que me ofrezcas todo tu ser y que lo guardes solo para mí.
El llamado a regresar a la fe
Querido hijo, el enemigo busca perderte en la incredulidad y en la falta de adoración. Te llamo a que regreses a mí, tu Salvador, el Jesucristo agonizante. Haz una pausa de 20 segundos para reflexionar y continúa esta oración conmigo:
¡Dios mío, Dios mío! Yo creo firmemente, con todo mi corazón, espero y confío sincera y únicamente en ti. Te adoraré por siempre, con verdadero arrepentimiento y amor. Me postro a tus pies y te pido perdón. Perdona a aquellos que no creen, que no te adoran y que te crucificaron y te crucifican diariamente.Querido Jesús, te consolaré durante toda mi vida. Amén.
Acto de contrición
Padre, reconozco mis pecados y me arrepiento de todo corazón. Con tu gracia, prometo no pecar nuevamente. Amén.
Oraciones principales
Continuemos nuestra oración con un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria:
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.
Dios te salve, María, llena eres de gracia.
El Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres.
Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
"Padre Nuestro" - La oración del Señor
Siempre por los siglos de los siglos amén.
Padre nuestro que estás en el cielo,
Santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu reino,
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
Perdona nuestras ofensas,
Como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación,
Y líbranos del mal. Amén.
Oración a la Santísima Trinidad
O Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
Te ofrezco la palabra hecha carne, Jesucristo,
Su carne cubierta de heridas y sangre,
Su agonía en el huerto,
Su flagelación y coronación de espinas,
El repudio que sufrió,
Su condena, crucifixión y muerte.
En unión con todos los sufrimientos de Tu Santa Iglesia,
Y la sangre de los mártires,
En reparación por mis pecados
Y los pecados del mundo entero. Amén.
La importancia de la fidelidad
En el cuarto llamado angustioso, Jesús nos hace reflexionar sobre la fidelidad:
Hijo mío, ¿es así como traicionas a tu Señor y Salvador?
Solamente por el dinero mundano y perecedero,
Escogiste traicionar a tu Señor y entregarme a esos hombres crueles,
Para que me crucificaran.
Hijo, te estás convirtiendo en el Judas de este último tiempo.
Cuán terrible será todo para aquellos que traicionan al Hijo del Hombre,
Y lo entregan a hombres pecadores para ser crucificado.
Mira cuán lamentable van a la eternidad
A sufrir por siempre,
Aun entre los sacerdotes de mi corazón,
Hay muchos judas que prefieren los bienes terrenales a cambio de su Señor,
Quien está en agonía.
Esto me causa mucho dolor, hijo mío,
porque están haciendo en la casa de mi Padre un mercado.
Mi Padre está grandemente molesto.
Miren bien cómo ustedes me están sacando
en mi santo templo.
Hijo, deseas la presencia de tu Dios,
OfréceMe tu vida.
Yo soy aquel a quien ustedes están traicionando
Solamente por cosas terrenales.
Hijo, ya todas estas cosas o las que están trabajando
Serán destruidas por el fuego,
Porque estás trabajando en vano.
Regresa a Mí, hijo mío,
Ten misericordia de quien vino a salvarte.
Que mis sacerdotes regresen a Mí,
Yo soy Jesucristo agonizante
Quien los ama, llamándoles para que regresen.
Rezo de silencio
Oh mi Dios, oh mi Dios, yo creo firmemente con todo mi corazón y espero y confío sinceramente en Ti. Solamente a Ti, dador de vida, me postraré por siempre con verdadero arrepentimiento y amor. Te pido perdón por aquellos que no creen y no quieren creer, por aquellos que no Te adoran y no quieren adorarte, y por aquellos que Te crucificaron y Te están crucificando diariamente.
Querido Jesús, yo te consolaré durante toda mi vida. Amen.
Acto de contrición: Oh mi Dios, yo me arrepiento de todo corazón por haber pecado contra Ti y por ser tú tan bueno. Con la ayuda de tu gracia, no pecaré nuevamente. Amen.
Oraciones
A continuación, oramos un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria tres veces.
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amen.
Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amen.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amen.
Repetición de oraciones
Volvemos a repetir el Padre Nuestro, el Ave María y el Gloria tres veces más.
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amen.
Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amen.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amen.
Volvemos a repetir una última vez el Padre Nuestro, el Ave María y el Gloria.
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amen.
Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amen.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amen.
En este blog religioso cristiano, encontrarás una seleccion de rezos, oraciones y plegarias para enriquecer tu vida espiritual y establecer una conexión más profunda con Dios. Nos enfocamos en la fe y el amor hacia Jesucristo y la importancia de mantener una relación personal con él. A continuación, te presentamos algunas oraciones poderosas para inspirar tu vida de oración y fortalecer tu fe en Dios.
La Oración a la Santísima Trinidad
Padre, Hijo y Espíritu Santo, te ofrecemos nuestra oración en unión con la palabra hecha carne, Jesucristo. Reconocemos su sufrimiento y sacrificio por nosotros. Que nuestros rezos y actos de reparación por nuestros pecados y los del mundo entero sean aceptados por tu infinita misericordia. Amén.
La Oración Agonizante
Jesús agonizante, ofrezco mi corazón para unirlo al tuyo y compartir en tu agonía para acelerar la llegada de tu glorioso reino de paz. Deseo permanecer en agonía contigo, para ser testigo de tu amor redentor y experimentar la plenitud de tu misericordia. Amén.
El Quinto Llamado Angustioso
Jesús, ¿cuándo terminarán los tormentos de tu flagelación causados por nuestros pecados? Te pedimos perdón por el sufrimiento que hemos causado y te prometemos confesarnos y enmendar nuestras vidas. Ayúdanos a recordar y respetar tus mandamientos y busca tu misericordia a través de la humildad y la obediencia. Amén.
La Oración de Arrepentimiento
Dios mío, Dios mío, con todo nuestro corazón creemos, esperamos y confiamos solamente en ti. Nos arrepentimos sinceramente de haber pecado contra ti. Reconocemos tu bondad y te adoramos con verdadero amor. Te pedimos perdón por aquellos que no creen en ti ni te adoran. Amén.
Acto de Contrición
Dios mío, me arrepiento de todo corazón de haber pecado contra ti. Con la ayuda de tu gracia, prometo no volver a pecar. Amén.
La oración del Padre Nuestro
Padre nuestro que estás en el cielo,
venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden,
No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal.
Amén.
La salutación a la Virgen María
Dios te salve, María,
llena eres de gracia,
el Señor es contigo.
Bendita tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Fortalece tu conexión con lo divino
En este blog religioso cristiano, te ofrecemos una selección de rezos, oraciones y plegarias para fortalecer tu conexión con lo divino. La oración del Padre Nuestro es un pilar fundamental de nuestra fe, en ella encontramos las palabras que Jesús nos enseñó para dirigirnos a nuestro Padre en el cielo.
El poder del perdón
Una de las enseñanzas más importantes de Jesús es la importancia de perdonar. En la oración del Padre Nuestro, nos recordamos a nosotros mismos que así como deseamos ser perdonados por Dios, también debemos perdonar a aquellos que nos han ofendido. El perdón nos libera del peso del rencor y nos permite vivir en armonía con los demás.
La protección de la Virgen María
Nuestra Madre María siempre está dispuesta a interceder por nosotros ante Dios. La salutación a la Virgen María es una forma de honrarla y pedir su protección. En este artículo, te invitamos a recitarla con devoción y confianza, sabiendo que la Santa Madre de Dios nos acompañará en cada paso de nuestro camino espiritual.