NOVENA DE LA CONFIANZA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

La poderosa Novena al Sagrado Corazón de Jesús para fortalecer la confianza en Él

La importancia de la confianza en Dios

La confianza en Dios es un acto de la voluntad por el cual esperamos obtener nuestra salvación y los medios necesarios para ello. Esta virtud engloba fe, esperanza y caridad. Es fundamental creer que Dios es nuestro padre y que cuida de nosotros más que de los cuervos y los lirios.

La influencia del demonio en la desconfianza

El peor y mayor mal que el demonio nos hace después del pecado es hacernos desconfiar. Lo que más le agrada es que dudemos de Dios. Sin embargo, necesitamos confiar en Él y la mejor manera de hacerlo es mediante la oración y la novena de la confianza.

La Novena de la confianza

Con esta novena, nos acercamos con confianza al trono de la gracia. Comenzamos con la señal de la santa cruz y luego dirigimos nuestras peticiones al Sagrado Corazón de Jesús, depositando en Él nuestras almas, penas y trabajos, así como cualquier otra intención que tengamos.

Oración al Sagrado Corazón de Jesús

"¡Oh dulce Jesús, en Ti confío!" - Esta es una frase poderosa que debemos repetir durante los nueve días de la novena. También es importante recordar las palabras que nos has enseñado: "Si quieres agradarme, confía en Mí, si quieres agradarme más, confía más, si quieres agradarme inmensamente, confía inmensamente. Las almas confiadas son las receptoras de mis gracias"

Oraciones finales

Terminamos la novena con el Padre Nuestro, el Ave María y el Gloria al Padre, glorificando a la Santísima Trinidad. Recordemos siempre que nuestra confianza en el Sagrado Corazón de Jesús nos llevará por el camino de la salvación y la gracia divina.

El Corazón de Jesús, Dios y hombre verdadero, es el refugio de los pecadores y la esperanza de aquellos que confían en Él. Como nos dice en la Biblia, Jesús nos invita amablemente a acudir a Él y confiar en Su amor y misericordia. Él nos perdona nuestros pecados y nos salva a través de nuestra fe en Él.

Confía en el Corazón de Jesús en todas las circunstancias de tu vida

En cada aspecto de nuestras vidas, podemos confiar en el Corazón de Jesús:

  • En nuestras alegrías y tristezas: Jesús está presente en cada emoción que experimentamos.
  • En nuestros negocios y empresas: Jesús nos acompaña en nuestras labores diarias.
  • En nuestras prosperidades y adversidades: Jesús nos sostiene en todas las circunstancias.
  • En las necesidades de nuestras familias: Jesús escucha nuestras oraciones por nuestros seres queridos.
  • En las tentaciones del demonio: Jesús nos fortalece y nos guía hacia el bien.
  • En las instigaciones de nuestras propias pasiones: Jesús nos ayuda a resistir la tentación y a vivir virtuosamente.
  • En las persecuciones de nuestros enemigos: Jesús nos da fortaleza y nos defiende.
  • En las murmuraciones y calumnias: Jesús nos consuela y nos protege.
  • En nuestras enfermedades y dolores: Jesús está presente, brindándonos consuelo y sanación.
  • En nuestros defectos y pecados: Jesús nos perdona y nos ofrece la posibilidad de ser transformados.
  • En la santificación y salvación de nuestras almas: Jesús nos guía en nuestro camino espiritual hacia la vida eterna.
  • Siempre y en toda ocasión podemos confiar en el Corazón de Jesús, en vida y en muerte, en tiempo y eternidad.

El Corazón de Jesús es nuestra fuente de confianza y fortaleza. A pesar de las contrariedades y pruebas que podamos enfrentar, debemos confiar en Su bondad y amor incondicional. Él siempre será nuestro consuelo en vida, nuestro refugio en la hora de la muerte y nuestra gloria por toda la eternidad. Amén.

Oración final

Oh Señor Jesús, infunde en nosotros un fervor divino a través de la devoción a Tu dulcísimo Corazón. Permítenos despreciar lo terreno y amar lo celestial, confiando plenamente en Ti. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Acto de confianza del beato Claudio de la Colombière

Dios mío, estoy persuadido de que velas sobre todos los que en Ti esperan y que nada puede faltar a aquellos que confían en Ti. He resuelto vivir sin preocupaciones, depositando en Ti todas mis inquietudes. Dormiré en paz y descansaré, porque Tú, solo Tú, has asegurado mi esperanza. Los hombres pueden despojarme de bienes y reputación, las enfermedades pueden quitarme fuerzas y oportunidades para servirte, e incluso yo mismo puedo perder Tu gracia por el pecado. Pero nunca perderé mi esperanza, ya que Tú la conservarás hasta el final. Amén.

Confianza en Dios

El último instante de mi vida y serán inútiles todos los esfuerzos de los demonios del infierno para arrancarme. Dormiré y descansaré en paz. Qué otros esperen su felicidad de su riqueza o de sus talentos, que se apoyen sobre la inocencia de su vida o sobre el rigor de su penitencia, o sobre el número de sus buenas obras, o sobre el fervor de sus oraciones. En cuanto a mí, Señor, toda mi confianza es en Ti. Porque, Señor, solo Tú has asegurado mi esperanza. A nadie engaño con esta confianza, ninguno de los que han esperado en el Señor ha quedado frustrado en su confianza. Por tanto, estoy seguro de que seré eternamente feliz, porque firmemente espero serlo y porque de Ti, Dios mío, es de quien lo espero. En Ti esperaré, Señor, y jamás seré confundido.

Fragilidad humana

Bien conozco, y demasiado lo conozco, que soy frágil e inconstante. Sé cuánto pueden las tentaciones contra la virtud más firme. He visto caer los astros del cielo y las columnas del firmamento. Pero, nada de esto puede aferrarme mientras mantenga firme mi esperanza de conservar a cubierto de todas las calamidades. Estoy seguro de esperar siempre, porque es Pero igualmente está invariable esperanza en fin estoy seguro de que no puedo esperar con exceso de Ti y de que conseguiré todo lo que hubiera esperado de Ti. Así espero que me sostendrán en las más rápidas y resbaladizas pendientes, que me fortalecerán contra los más violentos asaltos y que harás triunfar mi flaqueza sobre mis más formidables enemigos. Espero que me mal a siempre y que yo te amaré sin interrupción y para llegar de una vez con toda mi esperanza tan lejos como pueda llegarse. Te espero a Ti mismo, Creador mío, para el tiempo y para la eternidad. Así sea.

Sagrado Corazón de Jesús

Se llama mi alma para que jamás vuelva a cometer un pecado mortal. En voz con frío, gracias por escuchar este artículo. Te invitamos a que te suscribas a nuestro canal, y compartas este artículo. Gracias, gracias, gracias. Dios los bendiga.

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