La importancia de la Novena de Navidad y su significado en la celebración tradicional
Oración para comenzarVenid y mo Dios de infinita calidad, que nos has amado tanto y que nos diste a tu Hijo, la mejor prenda de tu amor, para que encarnado y hecho nuestro hermano en las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio. Te damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno, te ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y nuestro un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo, a fin de que viviendo como hermanos busquemos más y más los caminos de la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.

Oración para la familia
Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor, que no haya injuria porque Tú nos das comprensión, que no haya amargura porque Tú nos bendices, que no haya egoísmo porque Tú nos alienta, que no haya rencor porque Tú nos das el perdón, que no haya abandono porque Tú estás con nosotros. Que sepamos marchar hacia Ti en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca un día más de entrega y sacrificio. Que cada noche nos encuentre con más amor al Señor. Que nuestras vidas, que quisiste unir, sean una página llena de Ti. Al Señor de nuestros hijos, lo que anhelas. Ayúdanos a educarlos y orientarlos por tu camino. Que nos esforcemos en el apoyo mutuo y hagamos del amor un motivo para amarte más. Que cuando amanezca el gran día de ir a tu encuentro, nos conceda el hallarnos unidos para siempre en Ti. Amén.
Oración a la Virgen
Te pedimos por todas las familias de nuestro país, que cada hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de ternura, de verdadera vida familiar. Que estas fiestas de Navidad, que nos reúnen alrededor del pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor, nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores que hayamos cometido. Madre de Dios y madre nuestra, intercede por nosotros. Amén.
Oración a San José
Nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, amén.
¡Santísimo San José!, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los padres de familia para que sean siempre en su hogar imagen del padre celestial, ejemplo tuyo, y que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de educar y formar a sus hijos, entregándoles con un esfuerzo continuo lo mejor de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de sus padres. San José, modelo de esposo y padres, intercede por nosotros. Amén.
Padrenuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.
Meditación del Día
Noveno día para avivar la esperanza y el amor
El amor y la esperanza siempre van de la mano, junto con la fe. Por eso, en su himno al amor, nos muestra San Pablo que el amor cree sin límites y espera sin límites. (1ª Corintios 13:7). Una fe viva, un amor sin límites y una esperanza firme son el incienso, el oro y la mirra que nos dan ánimo para vivir y coraje para no decaer. Es gracias al amor que soñamos con altos ideales, y es gracias a la esperanza que los alcanzamos. El amor y la esperanza son las alas que nos elevan a la grandeza, a pesar de los obstáculos y los sinsabores.
Si amamos a Dios, nos amamos a nosotros mismos y amamos a los demás, podemos lograr lo que sugiere San Pedro en su primera carta: "estad siempre dispuestos a dar razón de vuestra esperanza, con dulzura, respeto y con una buena conciencia".
Oración al Niño Dios
Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros. Es la presencia de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es certeza de que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro Padre, y que tu divino niño eres nuestro hermano. Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar el odio y sembrar la justicia y la paz. ¡Oh Divino Niño!, enséñanos a comprender que donde hay amor y justicia, allí estás tú, y allí también es Navidad. Amén.
Gloria
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Gozos
Dulce Jesús, niño adorado y salvador
Oh sapiens, la suma del Dios soberano que, como un niño, te hayas rebajado
Dios soberano para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios
¡Dulce Jesús mío, mi niño adorado!
Ven a nuestras almas, no tardes tanto
Niño del pesebre, nuestro Dios y hermano
Tú sabes y entiendes el dolor humano
Que cuando suframos dolores y angustias
Siempre recordemos que nos has salvado
Dulce Jesús mío, mi niño adorado!
Ven a nuestras almas, no tardes tanto
O lumbre de oriente, sol de eternos rayos
Que entre las tinieblas tu esplendor veamos
Niño tan precioso, dicha del cristiano
Busca la sonrisa de tus dulces labios
Dulce Jesús mío, mi niño adorado!
Ven a nuestras almas, no tardes tanto
Rey de las naciones en Manuel preclaro
Tierra el anhelo, pastor del rebaño
Niño que a pacientes, con suave callado
Ya la oveja nishka, ya el cordero manso
Dulce Jesús mío, mi niño adorado!
Ven a nuestras almas, no tardes tanto
Ahora haces los cielos, prueba de lo alto
Bien hecho rocío, como riego santo
Ven hermoso niño, ven Dios humanado
Luce hermosa estrella, brota flor del campo
Dulce Jesús mío, mi niño adorado!
Ven a nuestras almas, no tardes tanto
El amor cristiano en los hogares y patria
Tú te hiciste niño en una familia llena de ternura y calor humano
Viva los hogares aquí congregados
El gran compromiso del amor cristiano
Dulce Jesús mío, mi niño adorado!
Ven a nuestras almas, no tardes tanto
El débil auxilio del doliente amparo
Consuelo del triste, luz del desterrado
Vida de mi vida, mi sueño ha durado
Mi constante amigo, mi divino hermano
Dulce Jesús mío, mi niño adorado!
Ven a nuestras almas, no tardes tanto
Ven ante mis ojos, de ti enamorados
Veces ya tus plantas, veces ya tus manos
Prosternados en tierra, metiendo los brazos
Y aún más que mis frases, te dice mi llanto
Dulce Jesús mío, mi niño adorado!
Ven a nuestras almas, no tardes tanto
Haz de nuestra patria una gran familia
Siempre a nuestro suelo tu amor y tu paz danos
En la vida, danos esperanza
Y un sincero amor que nos una más
Dulce Jesús mío, mi niño adorado!
Ven a nuestras almas, no tardes tanto
Oración final
Ven, Salvador nuestro, por quien suspiramos
Ven a nuestras almas, no tardes tanto
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, amén
Gracias por escuchar esta oración
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¡Gracias, gracias, gracias! Dios los bendiga