Óración milagrosa a Jesús Nazareno: 9 días para pedir lo imposible
Oración muy milagrosa y efectivaIntroducción
Bendito tú, eres dulce Jesús Nazareno, lleno de amor. Vengo a ti a postrarme a tus divinas plantas, a acercarme a tus llagas, a sentir el rocío de tu sangre bendita y a pedirte este imposible que sólo tú puedes concederme. Redentor divino, que a las tinieblas das luz, por las tres caídas que diste cargado con el madero de la Santa Cruz, dale consuelo y paz a mi alma y ayúdame en mi gravísima aflicción. En ti confío ciegamente porque tú eres mi eterno salvador. Por ello, te ruego con todas las fuerzas de mi corazón que, por tu gran misericordia y bondad, remedia mis penas y necesidades y me concedas la gracia que te solicito.
Petición a Jesús Nazareno
Lleno de humildad y esperanza, reina en mi corazón con tu amor. Reina en mi vida con tu poder, paz y sabiduría. Te entrego todo lo que tengo, todo lo que soy y solo te pido que me des tu ayuda, tu amor y gracia. Sé que yo, pobre pecador, soy la causa de tu pasión dolorosísima. Te alabo y te doy gracias porque, por amor, recibiste sobre tus hombros el madero de tu suplicio para expiar en él mis pecados y los del mundo entero. Jesús mío, Jesús de mi alma, Jesús Crucificado, espejo de luz, ven a mí con tu corona de espinas, con tu costado abierto, con tu soga en la garganta y la cintura.
Jesús mío, que tus ojos vean y tus oídos escuchen el favor tan especial que te pido en esta oración. No desoigas las súplicas de este corazón triste y afligido lleno de amor por ti, que eres mi padre y protector. Mis súplicas, llenas de amor, no pueden menos que llegar a ti, que eres el brazo fuerte y protector que todo lo puede. Dulcísimo Jesús Nazareno, Señor y Redentor mío, auxilio de los pobres y necesitados, te amo y reconozco tu gran sacrificio por mí. Cúbreme con tu preciosa sangre y derrama tu gracia y tu amor sobre mí. Que el gran poder de Dios me valga y la fortaleza de tu fe en Dios me acompañe. Por la cruz que llevas en los hombros, haz que tu obra no se pierda y ten compasión de mí con tu gran poder. Ayúdame en todas mis necesidades y adversidades, socórreme en los peligros, remedia mis enfermedades y atiende con todo mi ser, te lo suplico. Mis demandas a continuación.
Momento de la petición
Cierra tus ojos, relájate, libera todos tus pensamientos y haz tu petición con mucha fe. Pídeselo directamente a Jesús Nazareno, él te está escuchando en este preciso momento. No permitas que los sentimientos te ataquen ni los pensamientos negativos te invadan. Siente la presencia de Dios y haz tu petición. Si deseas reforzar aún más tu petición, escríbela debajo en los comentarios mientras continúan escuchando esta poderosa oración. Te pido que haga llegar a mí los beneficios de tu bondad.
Tú eres mi auxilio y mi refugio
Tú eres mi auxilio y mi refugio, ahora que me siento solo o sola, tú eres quien me puede sacar de tanto problema. Pero sobre todo, Jesús, no te apartes de mí. Dame lágrimas de penitencia y perdóname, como perdonaste al ladrón arrepentido. Mírame con compasión, oh Jesús, desde el trono de tu omnipotencia.
Oh mi amado Jesús Nazareno
Oh mi amado Jesús Nazareno, por los siglos de los siglos seas bendito. Recibe mi oración y ruegos en tu sagrado corazón y dame bendición con tu brazo poderoso. Jesús manso y humilde de corazón, que llevando sobre tus hombros la cruz caminas hacia el Calvario para hacer en ella clavado, perdóname.
Reconozco mis culpas y tu bondad inmensa
Reconozco mis culpas y tu bondad inmensa, al borrarlas con tu preciosa sangre. Te adoro sobre todas las cosas y prometo amarte y serte fiel hasta la muerte. Así sea.
Relájate y confía en Jesús
Quédate unos segundos con los ojos cerrados, relájate nuevamente. Focalízate en cada músculo de tu cuerpo, tan solo relaja cada uno de ellos. Asimismo, relaja tu mente. Libera tus pensamientos, quítate las preocupaciones de encima. Con esa mochila pesada en los hombros, recuerda que Jesús está aquí para nosotros, para ayudarnos. Y vuelve a reforzar tu petición una vez más.
Ayuda de la Virgen María
Virgen María, madre amada mía. Acudo a ti como poderosa intercesora para pedirte por esta muy difícil necesidad, por este imposible problema que tanta desesperación me causa y que me resulta inalcanzable por mis débiles medios. Virgen Santa, noble reina de los ángeles, esposa del Espíritu Santo, acuérdate de que eres mi madre. Tú que nos pones en comunicación con tu hijo, que nos das los medios para llegar al Altísimo. Imploro presentes mil peticiones para que reciba urgente auxilio. Dulce María, madre amada mía, líbrame de los enemigos de mi alma y de los males temporales que me acechan en la vida. A ti sean mis afectos de gratitud y devoción. María, Santa Señora, ruega por todos nosotros a tu Santísimo Hijo, nuestro Señor y Maestro. Amén, amén.
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