La poderosa intercesión de San Judas Tadeo: El octavo día de la novena
Acto de ContriciónSeñor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, creador, padre y redentor mío. Por ser tú quién eres, bondad infinita y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido. También me pesa porque puedes castigarme con las penas del infierno. Te ofrezco mis sufrimientos como expiación de mis pecados. Propongo confesarme y cumplir la penitencia que me sea impuesta, ayudado de tu gracia. Propongo firmemente no pecar más y evitar las ocasiones próximas de pecado. Amén.
Oración a San Judas Tadeo
Oh glorioso Apóstol San Judas, siervo fiel y amigo de Jesús. El nombre del traidor que entregó a vuestro querido maestro en manos de sus enemigos ha sido la causa de que muchos os hayan olvidado. Pero la iglesia os honra universalmente como patrón de los casos difíciles y desesperados. Rogad por mí que soy tan miserable y haz uso de ese privilegio especial a vos concedido de socorrer visible y prontamente cuando casi se ha perdido toda esperanza. Feliz en mi ayuda en esta gran necesidad, para que reciba los consuelos y socorro del cielo en todas mis necesidades, tribulaciones o sufrimientos, particularmente en haga aquí cada una de sus súplicas especiales. Si es necesario, ponga pausa en el video. Y para que bendiga a Dios con vos y con todos los escogidos por toda la eternidad. Os prometo, glorioso San Judas, acordarme siempre de este gran favor y nunca dejaré de rogarte como a mí especial y poderoso protector y hacer todo lo que pueda para fomentar vuestra devoción. Amén.
Letanías de San Judas Tadeo
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Oh Dios Padre celestial, te imploramos.
Oh Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Oh Dios Espíritu Santo, te imploramos.
San Judas, pariente de Jesús y María, ruega por nosotros.
San Judas, que viviendo en la tierra fuiste digno de ver a Jesús y María y de gozar de su compañía, ten piedad de nosotros.
San Judas, elevado a la dignidad de apóstol, ruega por nosotros.
San Judas, que tuviste el honor de contemplar a tu divino Maestro y humillarte a lavar tus pies, ruega por nosotros.
San Judas, que en la última escena recibiste la sagrada Eucaristía de las manos de Jesús, ruega por nosotros.
San Judas, y después del profundo dolor que te causó la muerte de tu querido Maestro, tuviste el consuelo de contemplarlo resucitado entre los muertos y de asistir a su gloriosa ascensión, ruega por nosotros.
San Judas, que fuiste lleno del Espíritu Santo en el día de Pentecostés, ruega por nosotros.
San Judas, que predicaste el Evangelio en Persia, ruega por nosotros.
San Judas, que hiciste grandes milagros con el poder de Dios, ruega por nosotros.
San Judas Tadeo es uno de los apóstoles más venerados y queridos dentro de la tradición cristiana. Su intercesión es buscada por aquellos que necesitan esperanza y ayuda en momentos de dificultad. A lo largo de su vida, San Judas manifestó la sabiduría divina y realizó grandes milagros en nombre de Jesucristo.
La intervención de San Judas en la historia
San Judas fue testigo de la transformación de un rey idolatra, quien gracias a su intercesión, encontró la salud tanto en el cuerpo como en el alma. Además, con su poder divino, hizo callar a los demonios y confundió sus oráculos, demostrando así la superioridad de la fe en Cristo.
El martirio y la valentía de San Judas
San Judas no temió a las amenazas de los impíos y predicó valerosamente la doctrina de Cristo. Incluso sufrió gloriosamente el martirio en nombre de su divino Maestro. Su ejemplo de valentía y fidelidad nos inspira y nos muestra el camino hacia la verdad y la salvación.
La esperanza de los desesperados
San Judas es conocido como el "apóstol de la esperanza" debido a su mediación y ayuda en momentos de aflicción. A través de su intercesión, podemos encontrar consuelo y fortaleza en nuestras dificultades. Nos invita a acercarnos a Dios con humildad y confianza, sabiendo que Él escucha nuestras plegarias.
La importancia de la fe, la esperanza y la caridad
San Judas intercede para que la fe, la esperanza y la caridad aumenten en nuestros corazones. Estas virtudes son fundamentales para nuestro crecimiento espiritual y nos ayudan a mantenernos firmes en nuestra fe cristiana.
La protección contra el mal y la tentación
San Judas es un poderoso defensor contra los ataques del demonio. Su intercesión nos guarda de los malos pensamientos y de todas las asechanzas malignas. Nos protege del pecado y de las ocasiones que nos alejan de la gracia divina.
El encuentro con Dios en la eternidad
San Judas intercede por nosotros para que, en la hora de nuestra muerte, podamos reconciliarnos con Dios y recibir los santos sacramentos con arrepentimiento sincero. Su intercesión nos lleva hacia un juicio favorable y nos abre las puertas para disfrutar de la presencia eterna de Dios.
En este artículo, queremos hablar sobre la importancia de crecer en el amor a Dios y guiar a nuestros hermanos por el verdadero camino hacia la salvación. También queremos destacar la necesidad de iluminar a aquellos que aún se encuentran en la oscuridad de la ignorancia religiosa.
La grande obligación de crecer en el amor a Dios
En nuestra vida cristiana, tenemos la obligación de crecer constantemente en el amor a Dios. *Nosotros debemos conducir a nuestros hermanos por el verdadero sendero de las verdades celestiales. En este camino, debemos iluminar a aquellos que todavía están sentados en las sombras de la ignorancia de las verdades salvadoras de la verdadera religión de Jesucristo.
La importancia de seguir el ejemplo de San Judas Tadeo
San Judas Tadeo llevó el sol del Evangelio a lejanas regiones y ahora, más que nunca, necesitamos que esa luz brille en estos tiempos de incredulidad e ignorancia religiosa. *Es fundamental seguir el ejemplo de San Judas Tadeo para llevar la fe a aquellos que aún no la conocen.
Plegarias finales
Ahora, queremos finalizar este artículo con algunas plegarias que son fundamentales en nuestra vida de fe:
- Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Amén.
- Dios te salve, María, llena eres de gracia. El Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito sea el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
- Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
A través de nuestras acciones y plegarias, podemos iluminar a aquellos que aún se encuentran en la oscuridad de la ignorancia religiosa. Rezamos para que, al seguir el ejemplo de San Judas Tadeo, podamos llevar la luz del Evangelio a todos los rincones del mundo.
Amén, gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos Amén. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Acerca de la Oración
La oración es una comunicación entre nosotros y Dios. Es una forma de conectarnos con lo divino y buscar su guía y bendición en nuestras vidas. Además, la oración nos brinda consuelo, paz y fortaleza en momentos difíciles, y nos permite expresar gratitud y alabanza a nuestro Creador.
La Importancia de la Oración
La oración es una parte esencial de la vida cristiana. Jesús mismo nos enseñó a orar y nos dejó el ejemplo de una vida de oración constante. A través de la oración, nos acercamos más a Dios y experimentamos su amor y gracia. La oración nos ayuda a fortalecer nuestra fe y a confiar en el plan que Dios tiene para nosotros.
Tipos de Oraciones
Existen diferentes tipos de oraciones que podemos hacer para satisfacer nuestras necesidades espirituales. Algunos ejemplos incluyen:
- Oraciones de agradecimiento y alabanza
- Oraciones de perdón y arrepentimiento
- Oraciones de petición y súplica
- Oraciones de intercesión por los demás
En cualquiera de estos tipos de oraciones, es importante recordar que Dios siempre nos escucha y responde según su voluntad y sabiduría.